laberinto

Quizás ahora podría escribir el poema mas grandioso
(se que soy capaz)
entonar la melodía mas hermosa, e incluso tocar la ceniza y crear exóticas flores
Pero no me apetece. El mundo no sabría valorar tales detalles. Sólo unos pocos quizás...
No, ya serían demasiados y esta decadencia perdería su total sentido.
Lo que destilo pocos lo han visto, lo sé. Es alejado a lo común que suele verse, por eso cuesta verme.
Es el laberinto de tu sueño.
Un laberinto que a algunos excita. A mi me excita, por eso escribo y por eso me gusta leerme, porque es como leer para un religioso su texto sagrado.
Y no es egocentría, no se crean, yo le suelo llamar realismo, la realidad es esta.

Acepté mi locura como acepté al niño muerto abandonado en la terraza tapado con una sabana, porque el no estaba muerto, lo mismo que yo no estoy viva, por escribir esto muero y al relatarlo vivo en mi historia, no somos más que palabras y sueños prometidos de un presente disfrazado de futuro.

Y lo último sin final por decir sería que si has llegado a esta parte sin entender, estarás dándome la importancia que merezco y si es al contrario, también. Por lo tanto el resultado de esta palabrería es que...
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